Capítulo 9, Parte I (Incompleto) de mi Novela “El Sueño de Anami”
(…)
- No Anami, ya te queda poco —Siguió hablando el mismo Plugi— Lo difícil ya está hecho. Ahora sólo te queda encontrar a Mani, tu hermana gemela y aprender a disfrutar de la vida mientras desarrollas y entrenas más y más tu sabiduría —Aclaró— Pues alcanzar la sabiduría no es igual a perfección ya que existe una evolución de la consciencia —Añadió—
- ¿Sabéis sobre Mani?
- Sí, Rengo nos ha contado tu historia y por ello estábamos muy impacientes por conocerte. Creo que es una gran suerte poder tenerte entre nosotros por unos días.
Anami miró directamente a los negros y pequeños ojos de su interlocutor y una ligera sacudida recorrió todo su cuerpo, acompañada de cierta alegría muy profunda y ya algo conocida para Anami.
- Éste debe de ser un ser grande y sabio —Pensó— Seguro que me vendrá bien aprender de él.
- Ven, Rengo se alegrará mucho al verte.
- ¿Está aquí? —Preguntó Anami muy sorprendida—
- Sí. Desde hace años él trabaja aquí con nosotros.
- Pero… ¿No vive en la ciudad de Zicanxollegue? —Preguntó Anami extrañada—
- No. Normalmente vive aquí pero de vez en cuando parte por un tiempo a cuidar y ayudar a sus tíos o va al oasis a recogerse y una vez ya allí, dedicándole muchas horas diarias a la quietud, desde la calma, comienza a entender lo que es “Control”.
- Creo que haciendo eso fue cuando le conocí. En ningún momento he llegado a entender del todo por qué lo hace lo cual me desconcierta un poco pues desde algo antes de conocerle y especialmente desde que compartí unos días con él, se me pasan por la cabeza unos pensamientos más raros… que me tienen algo preocupada.
- Bueno, digamos que cuando él o cualquiera de nosotros y especialmente los miembros de la tribu de los Simpayes nos quedamos durante horas y horas en quietud, lo que hacemos como he dicho antes, es empezar a entender lo que es el control pues nos entrenamos en el autocontrol ya que tener consciencia significa tener autocontrol. Todo se basa en el autocontrol. Y para eso es necesario primero relajarse y luego conocerse. De este modo, cuando Rengo se sentaba y se sienta en su butaca sin moverse durante horas, intentando tener consciencia de sus pensamientos así como viendo su gran falta de control sobre ellos, venían y vienen a él fuerzas y poderes sutiles diversos. Éstos, junto con un mayor relax mental y una mayor observación de uno mismo, nos permiten salir de la rueda interminable de la vida tal y como la conocemos hasta entonces. Normalmente nadie tiene el control de su vida. Todos somos autómatas que vivimos a base de impulsos. Sólo reaccionamos a los demás, no dirigimos nuestras vidas. Y claro, crecer en sabiduría es aprender a dirigir nuestras propias vidas, a llevar las riendas de ellas. Y para ello hemos de parar de vivir sólo de respuestas para pasar a vivir sólo de acción. Cuando vivimos actuando es cuando estamos en Sat, el Señor Supremo Verdadero, cuando somos dioses creadores y para ello, para empezar a serlo, hace falta tener mucho coraje, valor, humildad y fortaleza interna —Explicaba su anfitrión Plugi— ¿No te ha ocurrido nunca Anami que, por ejemplo, alguien ha dicho algo de ti que te ha dolido, tú has reaccionado a esto haciendo o diciendo algo que demostrase que estás por encima de él y entonces el otro ha actuado más fuerte aún o se ha retraído con miedo para después tú actuar más fuertemente todavía o crecerte o retraerte por el miedo esperando tu momento para demostrar y hacer valer tu valía y así sucesivamente? Si te das cuenta Anami, siempre actuamos respondiendo a la actuación del otro. Sabio es el que se autocontrola y no responde ni interna ni externamente al otro. Sólo observa su actuación pero no responde y sigue haciendo lo que tenía pensado hacer para ese día sin cambiar, respecto a antes del suceso desagradable, su estado de ánimo ni hacia sí mismo ni hacia el otro. Sólo así podemos empezar a dirigir nuestras vidas y a convertirnos en hacedores, en seres del mismo calibre de Sat, el Señor Supremo Verdadero —Terminó por aclarar el Plugi—
- Ostras, me has dejado K.o. —Expresó Anami muy espontáneamente—
- Será mejor que reflexiones sobre ello. Creo que te ayudará mucho a entender el proceso por el que estás pasando —La aconsejó el Plugi— ¿Vamos pues a buscar a Rengo?
Gran Verdad! Únicamente a través del silencio y la quietud, como hace la tribu de los Simpayes, podemos conectar con ese ámbito infinito que nos configura, con nuestra tierra fértil interior. Observándonos a nosotros mismos adquirimos la sabiduría de la atención y se nos abre el ojo de la percepción para llegar a saber quien somos y reconocer que no somos ni nuestros pensamientos ni sentimientos. En el fondo somos infinitos, pero a menudo nos identificamos con nuestras emociones que son finitas y temporales. Por eso es tan importante aprender a estar parados y en silencio, simplemente ahí, permanecer, porque al que se sienta en total silencio y quietud, trascendiendo el Universo, se le manifiesta TODO.
Gracias por transmitirnos tan bellos conocimientos!
Con afecto.
D.
Olé y olé
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