El Sueño de Anami - muestra de lectura 1
Capítulo 1, Parte V: "Relax"
Uhmmm, me encantan estos momentos en que me quedo sola en casa con los cachorros ya acostados, tanto durante el crepúsculo como al alba.
Hoy quería mostraros un día normal de mi vida pero al final éste me ha salido un poco rana ya que de normal tenía poco pero bueno, al fin y al cabo casi todos los días surge algo inesperado con lo que no contaba…
Como os decía antes, cuando no tengo que andar trabajando, organizando la comida del día siguiente, limpiando la casa, poniendo lavadoras o cuidando cachorros, momentos como los de ahora al acabar el día, normalmente son los únicos en que puedo permitirme no hacer nada, o hacer aquellas pequeñas cosas que me ayudan a interiorizar y me dan especial placer como es el pintar, escribir en mi diario de reflexiones y búsqueda de autoconocimiento, observar a los pájaros u otros animales, cuidar las plantas, escuchar música o simplemente, sentarme en mi mecedora de madera y no hacer nada, sólo disfrutar de este estadio de relax, silencio e inacción.
Y por esto último es por lo que he optado esta vez: por ir al dormitorio, encender dos velas situadas en lugares estratégicos, prender una barrita de un incienso muy suave que me regaló Lania el otro día, poner en el ordenador en un tono muy bajito un CD con música de viola y arpa muy tranquila y relajante, quitarme la ropa, vestirme un camisón, lavarme los pies, las manos, la cara, los sobacos y el pubis y sentarme en mi muy valorada mecedora de madera levantando mis descalzos pies en un taburete que tengo muy cerca para ello.
Por supuesto, mis primeros pensamientos están siendo una especie de recapitulación de todo lo hecho durante el día y… ¡Ay va! Ahora me estoy acordando de aquel mineral extraño, ligero y reluciente que me tiraron aquellos cachorros desde aquella terraza y me guardé en la riñonera. Hay algo en él… Que me llama mucho la atención. No sé, su energía, su luz reflectante como si de un espejo artesanal se tratase todo él. Creo que me voy a levantar a cogerlo para observarlo mejor pues no le dí importancia y por ello no me fijé muy bien en él pero en cambio, varias veces me ha venido hoy a la mente.
Uhmmm… Es como si esta extraña piedra espejo guardase un secreto en su interior pero por mucho que lo miro y lo giro, no lo encuentro. Me parece tan curioso y luminoso… Ya puedo olerlo, chuparlo, pellizcarlo, intentar rayarlo... que siguió sin saber absolutamente nada de él.
Uhmmm… me está entrando un sueño tan gustirrinín con tanto relax musical y observando al reluciente, extraño y bello mineral… que como siga así voy a acabar quedándome dormida y ¿Quién sabe? Tal vez me adentre en un sueño dejándome llevar por la fantasía. Fantasía que me transporte a remotas tierras llenas de diferentes y extrañas tribus de un pasado ya prácticamente no recordado por casi todos los seres menos en algunos libros de mitología y en ciertos cuentos fantasiosos.
Veamos, veamos cual es mi sueño...