El Sueño de Anami - muestra de lectura 4
Capítulo 9, Parte II: "La Ronda"
Tanto para Rengo como para Anami el tiempo se les pasó volando. En cuestión de horas que ellos vivieron como minutos, la corna de la llamada a la ronda graznó con su potente sonido penetrante en toda casa cueva, extendiéndose su onda sonora entre las diversas hileras de montes.
- ¡La ronda! ¡Ya! ¡Qué rápido se me ha pasado el tiempo! —Exclamó Rengo mientras estiraba su espalda—
- A mí también —Comentó Anami—
- ¿Vamos? No es correcto ni respetuoso llegar tarde —Propuso Rengo mientras se incorporaba y tendía la mano a su amiga para ayudarla a levantarse—
La ronda consistía en una sala llena de cómodos asientos, sillones y tresillos colocados todos ellos formando una especie de círculo. Cada miembro de la comunidad de las casas cueva, según iba llegando se sentaba en un asiento concreto que al parecer ya había sido estipulado con anterioridad y era en el que siempre se sentaba aunque esta vez y por un tiempo, todos tenían claro que habría un pequeño cambio en el orden ya que dejaron un hueco contiguo a Rengo para Anami.
Absolutamente todos los presentes eran Plugis o Simpayes y prácticamente había la misma cantidad de machos como de hembras. Todos ellos eran de una muy extensa variedad de edades, habiendo incluso cachorros.
Las familias estaban conformadas por macho y hembra o por macho y hembra con cachorros y todas se sentaban siempre de forma contigua.
Una vez todos hubieron ocupado sus respectivos puestos, un Plugi que parecía el cabeza de la comunidad presentó muy amablemente a Anami y comenzó a estructurar y distribuir labores diversas para el día siguiente.
Posteriormente, cada uno hablaba de lo que le daba la gana al tun tun. Comentaban cosas que habían sentido, cosas que querían hacer al día siguiente o prontamente, hablaban de alguien, reflexionaban sobre Sat, el Señor Supremo Verdadero, etc.
Hubo una joven pareja de Simpayes que llamó especialmente la atención de Anami: la integrada por Boly y Grena. Y le llamaron la atención porque aunque eran una pareja, estaban casi todo el tiempo saltando o pinchándose entre ellos aunque una y otra vez mostraban a sus ojos una comprensión y una capacidad de apoyo mutuo muy, pero que muy grande. Ambos parecían tener una relación muy pasional.
La imagen que Anami percibía de ellos era que Boly, de unos veintitrés años, estaba luchando siempre dentro de sí mismo y que Grena, algo más joven que él con sus veintiún años, era bastante insegura y con un gran miedo a la muerte y al dolor, así como poco inteligente. Por cierto, como Grena gesticulaba muchísimo, a Anami se la antojaba un poco teatrera.
Ese mismo atardecer, a pesar de ser Anami nueva y prácticamente desconocida en el lugar, cuando el cabeza de la comunidad le preguntó a Boly si al día siguiente quería hacer no se qué, Grena, muy dramáticamente se puso a llorar tras la respuesta afirmativa y entusiasta por parte de éste.
Cuando la interrogaron sobre cuál era la razón para ponerse así, ésta comenzó a reprocharle a Boly que el día anterior la había prometido que al día siguiente de la presente reunión lo pasarían ambos juntos todo el tiempo, paseando y descansando, dedicándolo al amor que se profesaban mutuamente.
Grena se sentía dolida y ofendida por parte de Boly ya que sentía que éste no quería quedar con ella o no le hacía ilusión el hacerlo y por ello se había olvidado de la cita. Y que en caso de que no fuese así, lo que ocurría era que quería dar una imagen ante todos los presentes y especialmente ante el cabeza de familia, de que era ella sola la que quería que ambos pasasen el día juntos y solos y no él (pues de él surgió la idea y el ofrecimiento) o los dos, no queriendo mostrar Boly la imagen de que la daba a ella mayor atención que a los otros o cierta prioridad.
Pero lo que a Anami realmente le sorprendió, fue la respuesta de Boly hacia ella, encantándole dicha. Al hacerlo, Boly miró directamente a los ojos de Grena irradiando un gran amor y una gran comprensión, lo que provocó en Grena más lágrimas aún. Lágrimas de amor…
Suave y delicadamente, delante de todos, Boly le hizo entender a Grena que ésta estaba pasando en esos momentos por un ataque del ego sutil pensando del otro, o sea de él mismo, tal y como ella misma era, no en cómo es él. La mostró muy claramente que precisamente por esa actitud, por esos pensamientos que ella tenía en esos momentos, se encontraba en el ego no siendo libre en su interior. La dijo que con su actitud, lo que Grena quería era cambiar a Boly cuando lo que en realidad había sucedido era que él había estado como otras tantas veces, algo descuidado y olvidadizo, pensando en esos momentos sólo en el trabajo pendiente, no habiendo nada más en ello. La dejó bien claro delante de todos que no por ello no la amaba o no quería dedicarla en exclusividad el próximo día o no la daba prioridad…
Pero no sólo aquí Boly maravilló a Anami con su serena respuesta y reacción ante la explosión emocional de Grena sino que lo hizo también otras veces más como aquella en que Boly dijo algo que Anami no entendió muy bien y que provocó otra fuerte reacción por parte de Grena.
- ¿Por qué me siento como una puta contigo, rechazada, criticada, engañada y presionada? ¿Qué hay en mí que hace que me sienta así? ¿Puedes por favor ayudarme a que no me sienta así? —Expresó Grena mientras gesticulaba mucho—
- No hago nada más que preguntarme qué es lo que puedo hacer para que tú no te sientas así y te sientas mejor.
Rengo, tras sus palabras, observando la reacción de sorpresa por parte de Anami, susurró al oído de ésta:
- Una pelea no consiste en lo que uno u otro ha dicho, en cual de los dos dice o ha dicho la verdad, tiene la razón o la culpa... sino en los sentimientos de cada uno.
Poco después de esto, por otra causa diferente en que salieron reproches varios entre cuatro de los que vivían allí, el cabeza de la comunidad, alzando la voz entró en baza:
- Vivir en el presente no significa no mirar al futuro ni al pasado. Vivir en consciencia es ver todo en todas las direcciones.
Anami estaba bastante anonadada…
Una vez hubo acabado la ronda, el cabeza de la comunidad se dirigió exclusivamente a Anami antes de que los demás pudieran levantarse y la preguntó:
- Bueno Anami, ya conoces nuestras casas cueva y ya has asistido a una ronda. No sé si Rengo te ha hablado de nosotros, de cómo funcionamos, de nuestras normas o si se ha perdido hablándote de otras historias pero ya llevas aquí horas suficientes como para conocer un poco de qué vamos y cómo funciona esto ¿Tienes claro realmente que quieres pasar una temporada con nosotros? ¿Sabes todo lo que eso implica?
- Si quieres que te hable con sinceridad, realmente no tengo muy claro qué es lo que implica y el que me lo preguntes así, hablándome abiertamente, me asusta un poco.
En un principio, claro que sigo queriendo compartir un tiempo con vosotros aunque por lo que he podido observar hoy en la ronda, veo que puede que se me avecine un tiempo duro o difícil pero estoy casi segura de que será sumamente instructivo y me ayudará mucho a crecer en sabiduría —Respondió Anami ante todos—
- Sí, es muy probable que suceda de ese modo y precisamente por eso, queremos que lo tengas muy claro antes de decirnos un sí. No hace falta que nos respondas hoy, puedes hacerlo mañana.
A nosotros nos gusta apostar fuerte por aquello en lo que nos implicamos, viviendo en la máxima verdad de la que nos sentimos capaces para con nosotros mismos.
Por ello, no nos basta con auto conocernos sino que aquí nos dedicamos a entrenar el conocimiento y el autocontrol con la intención de perfeccionarnos a raíz de la sabiduría alcanzada.